Filósofo y sociólogo francés, fundador de la sociología francesa, nace en La Bréde y muere en París. Su nombre verdadero es Charles Louis de Secondart. Su formación académica inicia corre por cuenta de los oratorianos de Juilly, con quienes descubre su inclinación por la historia, lo que lo lleva a ingresar a la Academia Francesa en 1728. Viaja por Austria, Hungría, Italia y el sur de Alemania. Se hace miembro de la masonería durante su estada de dos años en Londres. De regreso a Francia, emprende un intenso trabajo intelectual que lo acerca a los enciclopedistas, aun cuando no está de acuerdo con la teoría del progreso que postulan. Entre sus principales obras tenemos Consideraciones sobre las causas de la grandeza y decadencia de los romanos (1733); Cartas persas, (1721) y El espíritu de las leyes, publicado siete años antes de su muerte. En todas ellas Montesquieu expone sus inquietudes políticas que giran alrededor del derecho y de la noción filosófica de la ley.

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El barón de la Bréde, como se le conoce también, pretende descubrir leyes más amplias y generales de validez universal, que primen sobre las leyes positivas y leyes de la razón, cuyo legislador, que supone desconocido, deja de presentir la figura de Dios. Montesquieu es célebre además de por su doctrina de la separación de poderes discriminados en legislativo, ejecutivo y judicial, los cuales según su parece, nunca deben estar reunidos en unas mismas personas. Esta separación de funciones, convertida hoy en un dogma político, representa en la doctrina clásica de la forma mixta de gobierno de las tres fuerzas de la sociedad: el pueblo, la monarquía y la aristocracia. Su tesis repercuten en el sistema de gobierno adoptado por la Revolución Francesa, adopción inspirada en la admiración que sienten los parlamentarios por Montesquieu, no representaría cabalmente su ideal.